Déjame que muera en tu boca
y arranque tu sed de ira,
déjame sufrir cayendo rostro abajo
arañando tu mejilla.
Déjame que en esta noche sin estrellas
sea relato de tus penas, resumen de tu vida,
y que en momentos de pesadumbre
me describas blanca cristalina.
Déjame ser yo, ser tú,
ser la cura de tu espina…
y arranque tu sed de ira,
déjame sufrir cayendo rostro abajo
arañando tu mejilla.
Déjame que en esta noche sin estrellas
sea relato de tus penas, resumen de tu vida,
y que en momentos de pesadumbre
me describas blanca cristalina.
Déjame ser yo, ser tú,
ser la cura de tu espina…
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Imagen: Universo em choro, de Maria Augusta Loureiro
Genial Jorge! qué bonito y emotivo!
ResponderEliminarYa estoy de vuelta!! qué tal todo!?!?! en breve nos vemos!
JORGE ME SORPRENDO CON TUS ESCRITOS,
ResponderEliminarFELICIDADES,NO DEJES DE HACERLO NUNCA.
DESDE ALICANTE
Huy, qué sorpresa tan agradable comprobar que ahora también cultivas la poesía, Jorge, y que además lo haces estupendamente bien. Yo también comencé escribiendo relatos como tú, si bien confieso que soy mejor narradora que poetisa, pero el amor a la poesía surgió en mí como respuesta al hecho de enamorarme de Jesús, de quien ya sabes que, aunque ha escrito algún relato, su fuerte es la poesía. Y bueno, así y poco a poco voy aprendiendo y además me salen solos. Jamás pensé que yo podría escribir poemas y mira por donde ahora los hago como churros, jeje. Me alegra que tú también cultives este hermoso género literario y ver que eres tan buen poeta como narrador. A ver si me vengo más por aquí, es que últimamente voy muy escasa de tiempo, pero intentaré volver enseguida, que tienes mucha obra que aún no he leído. Un beso y un abrazo fuertes, mi niño, y a seguir en la brecha. Feliz finde!!!
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