Te buscas y no te encuentras. Sabes
que estás, pero desconoces dónde... Hubiera sido duro que estuvieras sujeto a embargo,
piensas, pero que el objeto embargado hayas sido tú mismo… ¡Es tan cruel y
bochornoso…! Solo un cuarto de siglo te has pertenecido, y ahora que era cuando
debías construir un camino confluyente con éxitos y lucro te encuentras en una persecución
mortífera en la que tu meta es reencontrarte para readquirirte, mientras que la
de ellos es que nunca sepas nada de ti, y subsidiariamente, revenderte aun más
caro, que para eso tienes veinticinco años y eres, según catálogo, un clásico…
Te buscas y no te encuentras. Sabes
que eres, pero desconoces qué eres. El espejo no te refleja, pero se te ocurre
pegar la oreja a éste, y de repente te sorprendes escuchándote a ti mismo, como
cuando eras un bebé, lloriqueando para que alguien te rescate.
_______________________________________
Imagen: Frustración, de Marta Martí Grau
Creéme, lo mismo lo mismo, pero con 37 :(
ResponderEliminar