[Pedazos de corazón esparcidos a lo largo del tiempo. A veces uno mira atrás, y se encuentra con pequeñeces como éstas; piezas de un puzzle insignificantes por sí mismas, pero imprescindibles para apreciarse a uno mismo frente a un espejo de forma íntegra, completa]
Hoy vives en las gotas de perfume,
en la esencia de colonia que me
secuestra cada noche.
Hoy vives en las gotas de perfume.
y viajas a mi cuello, a mi rostro
mientras los escalofríos se me comen.
Hoy vives en las gotas de perfume
que esparzo por la almohada
para estar contigo cuando sueñe.
Hoy vives en las gotas del perfume
que dejaste cosido
en el corazón de quien te quiere.
Hoy vivo yo en tu olor,
que me sabe a caramelo,
a piruleta de primavera.
Hoy vivo yo en tu olor,
y me acurruco entre sus sábanas
mientras canto una nana
para ver si a ti te llega.
Hoy vivo yo en tu olor,
y me encojo si no lo siento,
y sonrío cuando me roza.
Hoy vivo yo en el olor
que me dejaste de recuerdo,
porque es lo único que tengo
que me hace sentir que tú me tocas.
martes, 24 de noviembre de 2009
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El olor... el camino más directo al recuerdo...
ResponderEliminarUn saludo, Jorge.