Soy quien no
soy;
una sombra; un
espectro.
Un fuera en un
adentro.
La mitad vacía
del vaso medio
lleno.
El canto de la
moneda.
La espalda de un
espejo.
Soy quien no soy
y según tú sigo
siendo,
pero esta
sonrisa no es la mía;
no son míos
estos gestos.
No es mía la voz
que te convence
de si te he
querido
o de si te
quiero.
No es mía la ira
de mis manos
ni ese
pensamiento obsceno
de arrancarte a
jirones
cada prenda de
tu cuerpo,
y lamerte como
un gato,
y morderte como
un perro.
Soy quien no
soy,
o si no, eso
parezco;
una pregunta
impronunciable;
su respuesta en
un aliento.
Una armada de
palabras;
una palabra mal
armada,
un armero de
silencios.
La sed de un
piropo,
el hambre del
improperio.
Soy quien no
soy;
bullicio de
interrogantes;
muchedumbre de “peros”.
Soy quien no
soy,
porque siendo tú
no puedo ser
menos.