jueves, 22 de octubre de 2009

Historias en el tren

Escrito el día 21 de octubre.


El tren llega puntual. No soy el único que espera. Conmigo unas cuantas almas más que se levantan del banco y se acercan hasta el límite de las vías. Nada extraño. Las sombras humanas huyen cuando la de la serpiente se acerca tanto que de la misma se siente su rebufo. Se detiene y abre sus puertas. Como la flor carnívora, espera con sutileza a sus presas.
Subimos, y cuando ya no queda nada que hacer, cuando ya no hay marcha atrás…ZAS. El animal de hierro cierra rápidamente sus puertas no antes de exteriorizar su satisfacción mediante aquel rugido onomatopéyico naciente de la sensación causada por el olor del manjar, por la captación del aura perfumada del dulce derretible al tacto con la lengua.

El reptil emprende su camino, y nosotros, como animalillos abandonados a la suerte y a la teoría de la probabilidad según la cual un elemento injerido puede producir reacciones negativas – indiquemos que “negativas” en este caso podrá significar “eméticas, fecales, o si a caso expectorativas”- en un ser, nos sentamos, nos acomodamos y esperamos. Unos tendrán suerte y serán expulsados antes de notar la falta de oxígeno (quizás los más huesudos, los de carne dura, los difícilmente digeribles). Otros deberán esperar y/o arrodillar sus esperanzas frente a la cruda realidad: morirán asfixiados si no lo hacen abrasados por el calor interno de la bestia.

Consecuentemente, los sujetos van a caer en la inevitable división según qué ideas les van a ser propuestas por su extraña desesperación. Unos, como ya se ha señalado, esperarán a la asfixia sentados, gastando la menor energía posible –incluso algunos dormirán como método antiagonizante-; otros la esperarán levantados –ya saben, más vale morir de pie…- Y los restantes, los que no se dan por vencidos, se acogen a las aras de una posible alianza interior-exterior, de un posible vínculo entre raptor-chivato. -¡Estoy desvariando! ¿A caso se alía el pollo asado con el hombre que lo devora?- y para ello se sirven del absoluto, desagradable y vergonzoso –o mejor dicho, desvergonzado- incordio.



A grandes rasgos esto es lo que suele suceder en el tren. Sin embargo, hoy ha acaecido algo que aun no había visto –debo informar al lector que, para mi suerte, la bestia siempre me ha expulsado de su cuerpo, por lo que tengo experiencia en percibir comportamientos extraños allá dentro-. Un ser inocente, de aquellos que derrochan simpatía, humor, alegría y entretenimiento; una persona que no tendría que dedicarse al oficio tan sospechoso de la mendicidad; una criatura que suele ser alegre por naturaleza –más que el resto de los humanos- aun siendo “diferente”. Nunca en mi vida hubiese imaginado ver con mis ojos y digerir con mi corazón –a decir verdad, no lo digerí- a un ser con Síndrome de down pidiendo dinero en el tren. ¡Claro que le he dado dinero! Pero me hubiese gustado ofrecerle tres preguntas: ¿Por qué pides dinero? ¿Te han dicho que lo hagas? ¿Quién?
Aun me sorprendía más que la gente ni si quiera la mirara cuando la chica se acercaba y solicitaba “un euro” con esa gracia tan triste en este caso. ¿Cuánto vale una mirada? ¿Cuál es el precio de un giro de apenas noventa grados y un enfoque, si quiera desenfocado, de unos ojos hacia otros?

Finalmente, he sido esputado de los adentros de la bestia reptil. Y conmigo una cuestión. ¿Quién es la bestia que ha permitido eso? ¿Esputa también? ¿ESputa?










PD: aun no se me da bien lo de buscar fotos... jeje

2 comentarios:

  1. "PD "teledirigida a un servidor"????" jejeje. Has puesto un gráfico de la mandíbula de la morena (pez emparentado con la anguila), que, pese a no ser reptília serpiente, sí que es serpentiforme ;-).

    Me ha gustado mucho este post. La serpiente tiene connotaciones mágicas, funestas, ambiguas... pero siempre nos quedamos con dos rasgos: su dieta carnívora, y ante todo, su veneno. Quién nos iba a decir que este último rasgo caracteriza tanto a la serpiente... un abrazo crack!

    ResponderEliminar
  2. Muy buen post, y la verdad Jorge, hoy en dia de los 100 mendigos que te vienen, ya no sabes a cual dar, ya que excepto los que cantan más que una lata de atún abierta (gitanas con bebes, marrokies x por el mismo estilo etc..), no sabes quien pertenece a una mafia i quien lo hace por uno mismo.
    Por otro lado me cuesta creer que ese sindrome de dawn no pertenezca a una de esas "mafias"
    Saludos!

    ResponderEliminar